el cangrejo ermitaño que cambiaba de casa con engaño

El cangrejo ermitaño que cambiaba de casa con engaño

Era ser una vez un cangrejo llamado Adolfo que vivía en el fondo del mar . le encantaba ser un cangrejo ermitaño, el era de personalidad tranquila le gustaba vivir en silencio y soledad ya que le encantaba la lectura y su hora de la siesta.

Un día llegaron unos vecinos un tanto extraños ¡¿Medusas! Dijo Adolfo cuando les vio llegar al fondo del mar como ya he dicho antes le gustaba la soledad pero para el no era un problema ya que le encantaba viajar como también nadar .Pero esa vez no fue así le gustaba muchísimo su casa . Al principio iba todo bien los vecinos no le molestaban pero al cabo de una semana una de las medusas fue a su casa , la hija pequeña .

-¿Que quieres ? Dijo Adolfo .

-Nada, me mandaba mi papa para que le dijera que quiere hablar con usted

Entonces Adolfo fue a casa de ese hombre que le ofreció tres almejas de oro por su casa porque la medusa padre quería construir una sala de juegos .¡No! No pienso venderte mi casa ni por 1.000 almejas de oro .

Adolfo se fue a su casa muy indignado. Pero entonces padre medusa le hizo otra oferta a la que no pudo negarse mandarlo a una casa en el río de una isla donde estaría tranquilo para el resto de su vida . Adolfo aceptó con los ojos cerrados y confió plenamente en la medusa . A la semana siguiente ya iba camino al río de esa isla llena de tranquilidad. Cuando llegó se dio cuenta que donde la medusa lo habia mandado era a un riachuelo de una gran ciudad . Donde lo molestaban continuamente . Totalmente indignado , Adolfo decidió volver a casa .Pero el problema era donde estaba su casa . El busco y buscó hasta que un día a un cangrejo hembra llamada Gusti que le ayudo a llegar .

Adolfo se enamoró perdida mente de Gusti y Gusti de el consiguieron meter en la cárcel a papa medusa por su engaño y la casa de papa medusa se la concedieron a Adolfo para sus próximos cangrejitos. Al final

Adolfo y Gusti se casaron y vivieron juntos , tuvieron dos hijos Misi y Adolfo junior . Y vivieron felices y comieron medusas.